Friday 24 April 2009

THE PRETENCIOUS LIFE OF A YOUNG ARTIST

I pretend to be creative
I pretend to be cool
I pretend to be unpretentious
I pretend not to care
I pretend to copy
I pretend to be original
I pretend to be cynical
I pretend to KNOW
sometimes I pretend to be ignorant
I pretend to be avant gard
I pretend to be AN ARTIST
i pretend to be KNOWN
I pretend to be a low profile celebrity
I PRETEND to have a posture, a statement, a concept, a manifesto
I pretend to be intense
I pretend to be zen
I pretend to know where I stand
I pretend not to care if I KNOW where I stand
I pretend to be a rockstar
I pretend to be underground
I pretend to loose control
I pretend not to pretend
I pretend to be a young intellectual
I pretend to be young
I pretend to be jung
I pretend to turn you on
I pretend to be sexy
I pretend NOT to know
I pretend to be responsible
I pretend to let go
I pretend to play the GAME
I never pretend
I pretend to be a fake
I pretend to be honest
I pretend to be false
I pretend to be real
I pretend to KNOW THE DIFFERENCE
I pretend to lie
I pretend to be truth
I pretend to know if I PRETEND or I am
I pretend to pretend

Saturday 11 April 2009

EXTRACCION MISTICA

Hace casi tres años murió Papi Ramón, una de las personas más importantes en toda mi vida. 
Y en la víspera de su primer!20aniversario luctuoso sentí la necesidad de homenajearlo de alguna manera. He aquí el texto que documenta el suceso.



Visto lo suficiente. Hallada la visión en todo el espacio.
Tenido lo suficiente. Rumores de ciudades, al anochecer, y al sol, y siempre.
Conocido lo suficiente. Los decretos de la vida. ¡Oh rumores y Visiones!
¡Partida hacia la afección y el sonido nuevos!
Arthur Rimbaud



09-11-2007
Víspera del primer aniversario luctuoso de Ramón Montes de Oca


Pensé en hacerle un homenaje de alguna manera; un homenaje personal.
Mi primera idea fue ingerir Twinkie Wonder y coca de dieta al tiempo que veía alguna película de su preferencia (el solía decir que no podía concebir la idea de ver una sin esos dos ingredientes). Pero luego pensé que un homenaje debería ser mas romántico, menos mundano (sobre todo tratándose de un ser tan dado al romanticismo como lo fue Ramón). Y pensé que la mejor manera seria no haciendo algo cotidiano para él, sino algo que él hubiera querido hacer y que implicara cierto riesgo, cierto romanticismo; algo de lo que incluso él soliera presumir con frecuencia en sus deliciosas anécdotas llenas de detalles fantásticos, ficticios. Y fue entonces que lo recordé…





“Extracción Mística”










Extracción Mística es un termino acuñado (hasta donde se) por Ramón, que se refiere a un robo justificado por la inspiración o necesidad artística de alguien en particular. Ejemplo:


Un magnate guarda entre sus curiosidades un violín Amatti que se pudre lentamente pues nadie tiene permitido tocarlo.


Un día, Mari Kimura es invitada a una reunión en casa de este hombre, y en un momento de distracción, cambia el instrumento por una replica china que perspicazmente había llevado consigo.


El obtuso magnate jamás lo notara (suponemos) y Mari, además de salvar un violín de la muerte, obtiene una herramienta maravillosa para su quehacer artístico.


De ésta manera el robo queda, no solo justificado, sino absolutamente validado por el arte mismo; y en vez de seguir siendo llamado “robo” se llamara “ Extracción Mística”


Ramón contaba múltiples anécdotas sobre extracciones místicas que el mismo y otros “héroes” habían perpetrado en busca de justicia artística, y muchas veces planeó grandes golpes que jamás fueron llevados a cabo, entre los que destaca el robo al museo Soumaya (propiedad de Carlos Slim y poseedor de una gran cantidad de esculturas de Rodin), en cuyo intrincado plan estaba incluida una señora con una gran canasta!20y/o mi hermana Leonor!20con una bolsa de mandado.


La Extracción Mística fue un tema que apasiono a Ramón y en ella encontré la manera perfecta de homenajearlo.


Hasta donde se (o hasta donde quiero creer) al día siguiente al que Ramón murió, iba a verme bailar por primera vez, y puesto que esto jamás sucedió, decidí que si yo iba a perpetrar una extracción mística en su honor, sería a la vez un hecho escénico.


Si entendemos hecho escénico como una acción ejecutada por un intérprete para un público, mi plan (creencias de más o de menos) es perfectamente posible:


El interprete soy yo, la acción escénica es la extracción y el publico es, por supuesto, Ramón (wherever he might be).






Establecido esto, situémonos en contexto:


Puesto que él había hablado mas de una vez de extraer un Rodin a Carlos Slim y puesto que éste compro la librería Ghandi (que además perteneció a Mauricio Aschar, a quién Ramón alguna vez conoció) y puesto que amaba los libros, decidí que una extracción perpetrada a la Ghandi era la opción ideal (después me enteré de que la librería jamás pasó a manos de Slim, pero eso ahora ya no importa).






Originalmente pensé en un libro de George Sand, a quien el homenajeado admiraba como personaje romántico, pero al no encontrarlo en existencia, tuve que buscar otra opción. Tenia que ser –para empezar– poesía; Algo que a mi me gustara (es horrible regalar algo que le gusta al destinatario pero que uno mismo detesta); y que cuadrara con el perfil de “héroe- antihéroe” que apasionaba a Ramón:






El autor tenía que ser muy bien parecido. Un genio incomprendido y/o incomprensible que hubiera tomado decisiones irracionales a partir de su impulso creativo, que hubiera tenido una vida tórrida y (de preferencia) una muerte terrible, y finalmente (last but not least) que en vida hubiera sido participe de escandalosos conflictos amorosos.






Al ver planteados así, tan de golpe, los indispensables rasgos de nuestro personaje, podríamos pensar que la búsqueda seria una tarea ardua. No obstante el hecho de que el parnaso del arte occidental cuente -afortunadamente- con una gran cantidad de biografías intrincadas e incluso borrascosas, tampoco podría uno escoger a ojos vendados, y “modestia aparte” no creo que haya un ejemplar tan a la medida de nuestro perfil como el que finalmente seleccione.






Arthur Rimbaud es sin dudas uno de los mas grandes genios en la historia de la poesía. Es incomprensible por momentos y fue, definitivamente, incomprendido en más de una ocasión. No conozco una decisión mas inexplicable que la suya de, a los dieciocho años, abandonar por completo cualquier forma relacionada con el arte. Su vida fue por demás trágica y su muerte, causada por una pierna gangrenada, atroz. Finalmente, además de ser extremadamente guapo, sus conflictos amorosos con Paul Verlaine (a quien incluso disparó en una ocasión) siguen causando exclamaciones.


Evidentemente tenia que ser Rimbaud.






Toda esta disertación, mas que producto del análisis, vino a mi como una especie de revelación mientras, ya en acción y sospechosamente nervioso, escudriñaba los fríos anaqueles de la sección de poesía (quizás la menos protegida de la tienda). Mientras notaba el sudor frió destellando en las palmas de mis manos, y sintiendo ingenuamente que los ojos de todos los guardias (y de algunos compradores) estaban puestos en mi; alucinando emboscadas, guardias encubiertos, cámaras ocultas… me encontré con una excelente edición bilingüe de Iluminations, seguida por las Cartas del Vidente.


Las cartas son maravillosas. Sobre todo si son de un poeta. El lado biográfico, real, visto a través del mismo instrumento de creación del artista, junto con el cierto placer voyeurista que nos da el vislumbrar su cotidianeidad tan de cerca las vuelve exquisitas.


Y las Iluminations, bueno, creo que el puro titulo es lo suficientemente sugerente.


Desde cualquier ángulo, el titulo era el idóneo, sobre todo tratándose de un homenaje y un buen augurio.






Ya teniendo tan claro mi punto tomé el libro entre mis manos y sobreactuando una disimulada tranquilidad, camine entre los estantes leyendo algunos títulos aquí y allá; esperando el momento en que mi valor y una buena oportunidad se sincronizaran.


Descubrí un par de cámaras de vigilancia y unos cuantos espejos convexos que le daban a éstas una mayor visibilidad, así que fui en busca de un punto ciego: la sección de derecho. Era (ahora sí) el lugar mas discreto de la tienda, y ya instalado en él me disponía a ocultar el ejemplar entre mi ropa cuando de pronto un trabajador del establecimiento atravesó entre los anaqueles. Luego otro, y otro…


La Ley de Murphy me acechaba, pero puesto que ésta fue (junto con las extracciones místicas) uno de los múltiples intereses de Ramón, decidí tomarlo como un buen augurio y me dispuse a hojear con “tranquilidad” un volumen del Dalai Lama que no se por qué estaba inserto en la sección.


Una vez que no hubo mas “moros en la costa”, aseguré con un rápido movimiento el volumen en mi cinturón y subí el zipper de mi chamarra. Sentí el color subir a mis mejillas y –sospechosísimo– emprendí la huida.


Bajé torpemente las escaleras (cuando uno oculta un libro en el abdomen, es difícil ser gracioso), y llegando a la puerta de salida descubrí los sensores que impiden a la gente robar cosas.


¡Cómo no había pensado en eso!


Supuse que no todos los libros tienen alarmas incluidas, y probablemente menos los de poesía, así que tomé un gran ejemplar de un best seller y distraídamente me puse a leerlo cada vez mas cerca de la puerta para ver si ocasionaba alguna reacción, pero la única reacción fue la extrañeza del policía que estaba junto a mi; así que decidí dejar de intentarlo y esperar el momento oportuno.


Segundos después, una familia de unas cinco personas se disponía a salir de la tienda y me dije: “si salgo con ellos y la alarma suena, tengo al menos un momento de distracción entre el tumulto para huir corriendo. Así que lo hice y…


¡Voilà!


¡Lo había logrado! Tan pronto salí de la tienda, me saqué el libro y cínicamente lo revisé. Lo hojee levemente y empecé a caminar con una fresca brisa en mi contra.


Me sentía con la misma carga emotiva con la que uno se siente tras cerrarse el telón.


La función había salido tan bien…